Importancia social de la Alimentación

noviembre 25, 2020 0 Por Naturam

La Alimentación, como otros factores exógenos 6 ambientales que inciden en la vida del hombre, tiene una gran influencia sobre la salud.

Ha sido en época relativamente reciente no más allá de finales del siglo pasado, cuando se empezó a tener evidencia, corroborada en lo que va de siglo de que una buena Alimentación mantenida durante toda la vida y sobre todo en ciertas épocas de ella puede contribuir a prevenir la aparición de enfermedades en mayor proporción que otras muchas de las medidas higiénicas que hoy conocemos y son tan divulgadas.

En efecto nadie duda hoy que la Alimentación ejerce una acción decisiva sobre el desarrollo físico y el crecimiento sobre la reproducción, sobre la morbilidad, es decir, sobre la frecuencia de aparición de enfermedades y la gravedad de las mismas, y sobre el rendimiento físico e intelectual.

a)   DESARROLLO FISICO Y CRECIMIENTO.

Es un hecho cierto que la Alimentación influye sobre el desarrollo físico de los pueblos y de las razas.

Hay razas altas, fuertes, bien desarrolladas, de vida larga y dotada durante ella de un intenso grado de actividad.

Otras, en cambio, son más bajas, precarias y prematuramente seniles.

Pues bien, al lado de factores genéticos y raciales que nadie niega, es evidente que estos últimos pueblos han estado tradicionalmente sometidos a una alimentación inferior en calidad y calidad a la de las razas más desarrolladas.

Existe una experiencia, hoy ya clásica realizada por dos especialistas ingleses de Nutrición, Sir John Boyd Orr y el Dr.Gilks, hace unos cuarenta años en dos tribus vecinas del territorio de Kenia : Los Kikuyud ylos Masai.

Se estudiaron simultáneamente la dieta y los factores psicológicos, así como la patología predominante en ambas tribus.

Los Kikuyus eran un pueblo pacífico, dedicado a la agricultura y cuya alimentación se componía fundamentalmente de raíces, cereales, legumbres y frutas, siendo en cambio su consumo de leche y carne muy bajo o prácticamente nulo.

Los Masais, por el contrario, constituían un pueblo a la vez cazador y guerrero, predominando en su alimentación la leche, obtenida de los rebaños que cuidaban y la carne de los animales que cazaban y criaban.

La Talla media de éstas dos tribus era tal, que una mujer Masai era bastante más alta, más desarrollada y más fuerte que un hombre Kikuyu, traduciéndose las diferencias de alimentación, no sólo en el desarrollo físico sino, también en el carácter de ambos pueblos.

Los Masais eran guerreros y dominaban a sus vecinos mientras que los Kikuyus eran mucho más pacíficos, aceptaban resignadamente el estar sometidos.

Por último, también las enfermedades predominantes en una y otra tribu eran distintas.

Mientras que en los Masais fundamentalmente carnívoros predominaban la hipertensión, el reumatismo y el estreñimiento. Entre los Kikuyus, sobre todo en los niños eran mucho más frecuentes las caries dentales, las anemias, la tuberculosis y las neumonías.

Es decir que esto nos demuestra de cómo pueden existir dos pueblos vecinos, de la misma raza, sujetos a las mismas influencias ambientales de clima., temperatura, vivienda, etc, pero difiriendo radicalmente en su alimentación, que presenten unas diferencias tan marcadas en su desarrollo físico, en su carácter y en su patología dominante.

Vemos pues que, en general, los pueblos en cuya alimentación entran en mayor proporción alimentos de origen animal están más desarrollados física y psicológicamente y vi-ven más y en mejor estado de salud que aquellos otros cuyas costumbres son principalmente vegetarianas.

Los pueblos árabes dedicados al pastoreo constituyen quizá, según Mc.Collum, uno de los ejemplos de buena nutrición más representativos que se conocen.

Pero dentro de un mismo país existe un grupo de población particularmente sensible a los efectos de una mala alimentación: “Un grupo vulnerable”.

Este grupo es la población infantil, los niños y la peculiaridad biológica que matiza esa sensibilidad es que los niños tienen que crecer, es decir, predomina en ellos el proceso del crecimiento.

El crecimiento, fisiológicamente considerado, consiste en que a expensas de los materiales que recibimos del exterior, o sea, de los alimentos y en especial de ciertos componentes de los mismos, como son las proteínas, el ser que está en crecimiento (el niño en la especie humana) tiene que construir sus nuevos tejidos.

Este proceso se llama Anabolismo, y en esencia, el crecimiento se caracteriza por un intenso Anabolismo Protéico.

Esto es lo que pudiéramos llamar el crecimiento expresado en función de los tejidos o partes blandas: crecen los músculos, la piel, el corazón, el hígado, los riñones, etc.

Pero no hay crecimiento posible si al mismo tiempo no crece el esqueleto.

El niño que está creciendo necesita formar nuevo hueso y para formarlo no bastan solamente las proteínas, sino que hacen falta también ciertos elementos minerales como el calcio y el fósforo que contribuyen a formar ese hueso.

Para regular la asimilación interna de las proteínas calcio y fósforo de los alimentos, son necesarios también otras sustancias nutritivas, sobre todo, las vitaminas.

Por consiguiente, la alimentación ideal de un niño debe ser aquella que contenga, en primer lugar, las calorías precisas para atender a sus necesidades cuantitativas pero simultáneamente y con carácter de prioridad, las proteínas, el calcio y las vitaminas-esenciales para que el crecimiento pueda progresar. En gran parte, en algunos niños el retraso de su crecimiento es debido al bajo consumo de leche y al consumo de leche de mala calidad.

No debemos olvidar que proteínas valiosas las podemos obtener de otros alimentos, pero que es prácticamente imposible cubrir las necesidades en calcio de un niño, sino toma medio litro de leche diario y que la carencia de calcio o por lo menos la ingestión de dietas pobres en calcio es lo más corriente, no sólo en nuestro país sino en gran parte del mundo.

b)   REPRODUCCION.

“Los hábitos alimenticios pueden también influir en las funciones de reproducción.»

Aparte de que ciertos componentes de los alimentos ejercen una acción específica sobre los órganos reproductores (vitamina E, vitamina A, El Aminoácido Argigina, etc.), las últimas épocas de la guerra de Nutrición han demostrado la gran frecuencia del trastorno del ciclo de la mujer, sobre todo amenorreas, coincidiendo con las situaciones de hambre, que es posible que

dependan en parte de ella ,aunque en gran parte obedezcan a la tensión psíquica simultánea.

Estos trastornos afectan naturalmente a la fecundidad, sin embargo, paradójicamente y debido a la entrada en juego de otros factores, el índice de natalidad no se afectó grandemente en los países occidentales durante la segunda guerra mundial.

No se conoce bien cuál es el mecanismo íntimo de la acción de una buena dieta sobre la reproducción y el embarazo.

Es difícil también comparar la viabilidad y el número de hijos en distintas clases sociales desde el punto de vista inclusivamente alimentario, intervienen otros factores que desvirtúan en la práctica toda correlación y eso ocurre no sólo al comparar individuos, sino también al comparar colectividades y pueblos.

Pero en todo caso, es evidente que durante el embarazo y la lactancia las necesidades alimentarías aumentan y hay que cuidar muy especialmente estos dos grupos vulnerables, por dos razones principales

1)   Porque es fundamental que nazcan y prosperen niños cada vez más sanos y más fuertes y la buena alimentación de la madre en estos períodos contribuye en forma decisiva a la disminución de la mortalidad y morbilidad infantil.

2)   Por la misma madre, que es la que más padece, pues una serie de observaciones han demostrado que tanto en el embarazo como en la lactancia del organismo infantil se defiende durante mucho tiempo de la mala alimentación de la madre a costa del organismo de la madre, siendo por tanto en ella donde especialmente se acusan por ejemplo, la falta de proteínas, calcio, hierro y vitaminas, por una serie de síntomas más o menos larvados ,como anemia, lesiones osteoporóticas de los huesos, caries dentarias ,etc.

Este cuidado especial de la madre embarazada y lactante tiene una gran influencia social constituyendo una preocupación de los programas de nutrición de todos los países.

a)   MORTALIDAD Y MORBILIDAD.

Ya hemos dicho que la alimentación de la madre durante el embarazo y la lactancia influye sobre la mortalidad infantil, pero también la mortalidad total de un país, es decir, el número de muertes habidas por todas las causas aumenta con la mala alimentación.

La Morbilidad o frecuencia de aparición de enfermedades también está en relación con la dieta de la población.

Hay una serie de enfermedades producidas directamente como consecuencia de una mala alimentación: Son las llamadas Enfermedades Carenciales.

El Beri – Beri, Escorbuto, La Pelagra o el Raquitísmo, pertenecen a éstas enfermedades carenciales.

En ellas existe una relación directa de causa a efecto entre la falta de una sustancia nutritiva en la dieta (proteínas, una vitamina, etc.) y la aparición del cuadro clínico de enfermedad.

Pero además de estas carencias por otra parte difíciles de ver en épocas normales de alimentación, es mucho más frecuente que existan pequeñas carencias larvadas o mínimas que sin llegar a convertir al sujeto en un enfermo no le permiten gozar plenamente de su salud o disminuyen en su capacidad para el trabajo. Niños apáticos, con poca alegría en sus juegos o distraídos en el estudio con bajo rendimiento intelectual o sensación de cansancio, de falta de fuerza o que se quejan de pequeñas molestias de dolores de cabeza, calambres, etc, pueden encontrarse en ésta situación de carencia larvada, que es muy importante conocer pues muchas veces equilibrando su dieta puede desaparecer en poco tiempo todas sus molestias.

Otras enfermedades que antes no se sospechaban que pudieran tener la menor relación con la alimentación, sabemos hoy que están directamente relacionadas con ella, como el Bocio que es una enfermedad-de la glándula tiroides, se debe fundamentalmente a falta de yodo.

Ciertas anemias que se deben a la carencia de hierro y otras a falta de dos vitaminas del grupo B, llamada Ácido Fólico y vitamina-B12

La anemia de origen nutritivo no es infrecuente, con la particularidad de que en general son las madres (las más sacrificadas en la familia en favor de los hijos y del marido), las que presentan cifras más bajas de hemoglobina.

Muchos trastornos del sistema nervioso del tipo de dolores, neuralgias, sensaciones de quemazón, calambres o pérdidas de visión, pueden achacarse a carencias de ciertas vitaminas del grupo-B: La BI, B2, Acido Pantoténico, Niacina, etc.

Otras veces las enfermedades las producen ciertos alimentos y podemos considerarla en cierto modo como intoxicaciones. Pero no agudas como las de las setas o marisco en malas condiciones, sino crónicas.

Por tanto podemos concluir que una alimentación defectuosa, desequilibrada o monótona- mente constituida por determinados alimentos puede dar lugar a enfermedades de los órganos o sistemas más diversos que muchas veces- induce a pensar a primera vista que sea consecuencia de la alimentación.

También es importante conocer que no siempre los efectos nocivos de una mala alimentación se producen por defectos sino que pueden ser por exceso.

Es decir, que no siempre es el comer poco o comer mal, dentro de lo poco, lo que es perjudicial para la salud, sino que también lo es el comer mucho o excesivamente de un determinado alimento.

Un exceso de comida, de calorías y por tanto de hidratos de carbono y grasas, conduce a la obesidad, que constituye una enfermedad.

Pero un exceso de grasa en la alimentación sobre todo, de grasas animales (mantequilla, manteca de cerdo, tocino, etc.), puede favorecer la aparición de la arteriosclerosis con sus trágicas consecuencias de muerte súbita por infarto de miocardio, trombosis cerebral, etc.

La consecuencia práctica que demos sacar de éstos hechos es que en condiciones de vida normal fuera de épocas de guerra escasez alimenticia, es tan peligroso comer poco como comer mucho.

Y que lo más importante de esto es comer bien, para lo cual es esencial que todos tengamos una idea sencilla pero clara de lo que debemos comer para satisfacer nuestras necesidades.

Pero además de los beneficios que reporta la educación en cuestiones de nutrición, tienen un doble aspecto: Social y Sanitario.

Sanitario, porque a la larga han de influir sobre el estado de la salud de las poblaciones.

Social porque muchas veces observamos una mala alimentación 6 estados de desnutrición por ignorancia 6 desconocimiento de lo que se debe comer.