Acción y efecto de la Hidroterapia

septiembre 5, 2020 0 Por Naturam

El efecto fundamental de las aplicaciones de agua, hechas con miras terapéuticas es la desintoxicación del organismo, que se manifiesta clara- mente en expulsiones o eliminaciones de toxinas o detritus morbosos. Cosa bien probada en el laboratorio y la clínica, que han demostrado como ciertas aplicaciones hidroterápicas aumentan la eliminación de ácido úrico y materias nitrogenadas, así como también la toxicidad y cantidad de la orina y el sudor. Se ha comprobado asimismo la expulsión de venenos metálicos (drogas), por la acción de los baños de asiento   fríos.

En el hecho de esta eliminación por el agua, se basa lo fundamental de los sistemas de Kneipp, Kuhne y Priessnitz. Y esta expulsión de sustancias extrañas es la consecuencia inmediata del aumento de oxidaciones orgánicas y del avivamiento de las defensas, espoleadas por el frío del agua.

El agua fría tonifica los órganos; es decir, devuelve el tono normal a los tejidos relajados por la intoxicación, la inflamación y la lucha consiguiente. Este resultado tónico, realmente es un efecto combinado de la desintoxicación y la acción propia del agua fría, y se traduce en una tersura especial de la piel de la cara, que da una sensación de rejuvenecimiento. Positivo rejuvenecimiento que perfeccionan los baños de sol, sin necesidad de aplicar cremas que, a la larga, estropean la piel y marchitan la fres- cura natural del cutis, que solamente puede ser fruto de una sangre sana que circule bien.

El agua fría al actuar sobre la piel, haciéndola palidecer primera- mente, por contracción de sus arterias y poniéndola después sonrosada, cuando por reacción se dilatan, realiza, con este movimiento alternativo una verdadera gimnasia de la piel que favorece todas sus funciones (eliminadora, termorreguladora, absorbente, protectora y táctil) por la sencilla razón de que todo órgano al que se procura mejor riego sanguíneo, aumenta en vitalidad, que no es más que un corolario de esa otra ley que dice: “La función hace el órgano”. El agua caliente, por acción directa, procura también un mejor riego circulatorio, aunque no de la eficacia que el que proporciona el agua fría.

El agua fría o caliente, produce – por reflejo nervioso – una aceleración de los movimientos respiratorios al principio, que se vuelven después lentos y profundos. Esto último coincide con la disminución de la tensión sanguínea.

Todas estas funciones combinadas ayudan a la mejor ventilación pulmonar y aumentan el cociente respiratorio.

Consecuencia de los efectos que vamos apuntando, es la acción tónica y estimulante sobre los centros y fibras nerviosas, así como sobre los músculos, a los cuales facilita el riego sanguíneo y la eliminación de las toxinas provenientes de su función. Por este motivo es un factor útil al desarrollo muscular y a la belleza del organismo. Desde este punto de vista, la aplicación del agua fría es utilísima para las personas que padecen nerviosismo y para las que se fatigan prontamente en el ejercicio físico. Por esto también recomendamos duchas y baños fríos después de los ejercicios físicos y una vez que se ha calmado el corazón.

Finalmente, la nutrición se beneficia grandemente por la acción ex- terna del agua, principalmente cuando se aplica fría. Como hemos dicho, aumenta las oxidaciones, favorece la asimilación y la eliminación de los desechos orgánicos, acrecienta el números de glóbulos rojos y estimula las vísceras encargadas de transformar los alimentos.

Por esto deben aprovecharse de la hidroterapia convenientemente dosificada, todos los enfermos de la nutrición: obesos, diabéticos, gotosos,  etc.

Y no hemos de terminar esta exposición, sin hacer un elogio del agua aplicada a la piel, como motivo de placer y euforia, pues de los placeres más grandes es el que se experimenta después de una ducha o baño frío, mejor si puede ser en el río o en el mar, con agua aireada y soleada: Las sensaciones de energía, limpieza y ligereza, que siguen a la hidroterapia fría, una vez conocidas y gustadas a fondo, se hace imposible prescindir de ellas.

Y no digamos en tiempo de calor, en el que, la hidroterapia fría, o mejor decir la hidrigia (higiene por el agua), constituye media vida, y un placer tan apetecido que lleva a abusar de los baños a las personas que por ignorancia o por falta de voluntad cometen los excesos de que anteriormente hemos hecho mención y que pueden cambiar totalmente los admirables efectos del agua, convirtiendo un motivo de bienestar y placer, en causa de depresión y dolor.