Generalidades sobre la luz y el color
La luz es vida, el color, el calor y la energía del sol son las causas
Fundamentales de nuestra vida en este mundo.
Todo lo que observamos a nuestro alrededor no es más que diferentes cualidades de vibraciones de luz blanca pura. El cuerpo humano está compuesto de luz.
La luz está formada por siete colores diferentes llamados espectro.
El color es una cualidad de la luz y la luz pura se puede dividir en siete cualidades diferentes: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.
El color provoca una reacción emocional en la mente subconsciente ya que no sólo vemos el color sino también lo sentimos por razón de su acción sobre los millones de células que componen huesos, sangre, linfa, músculos y tejidos que forman el cuerpo humano. Esta sensación es más acentuada ya por la calidez o tibieza de un color, ya por su frescura o frialdad. Hay una gama infinita de tales reacciones subconcientes ante el color que están por completo más allá del conocimiento consciente.
La luz electromagnética, la cual es causa del color visible, se irradia desde su fuente (que es la vibración) hacia nosotros a través del éter, en un movimiento ondulatorio. Su fuente es la vibración.
LAS DISTINTAS FORMAS DE ENERGÍA
La energía basada en la materia y necesaria para el desarrollo funcional de un sistema orgánico material se compone de:
- Energía específica: composición molecular del tejido
- Energía de trabajo: abastecimiento de los circuitos funcionales
- Energía de transformación: continua transformación de frecuencias.
- Energía potencial: potencial celular.
- Energía de combustión: glucólisis, liberación de ATP
- Energía de crecimiento: fuerza dirigida, configuradora.
- Energía informativa: control de los procesos funcionales.
- Las distintas formas de energía se hallan en una relación de dependencia mutua.
Todas las oscilaciones fisiológicas se transforman constantemente en gamas de frecuencias superiores. En las enfermedades el proceso de transformación se haya bloqueado, de manera que las oscilaciones se estancan en un nivel, por lo que solo pueden alcanzar una cota máxima de coherencia. Una terapia que tenga éxito debe volver a poner en marcha la transformación y borrar el patrón de frecuencias patológico. Las frecuencias perturbadoras son dirigidas y no se transforman. De esa forma se interponen en el camino al continuo proceso de transformación de la energía. Los campos interferentes son energías patológicas retenidas que pueden estar bloqueadas también por un flujo de pensamientos negativos.
Las posibilidades que pueden influir en el campo de interacción energética son:
- Portadores de carga libre y radical.
- Impurezas de tejido, toxinas del entorno, residuos.
- Interferencias con otros campos de fuerza.
- Alternaciones psíquicas.
En el organismo humano encontramos campos de fuerza giratorios, hacia el lado izquierdo y hacia el lado derecho; si por cualquier razón, se altera el sentido de giro, se produce en el organismo un desequilibrio energético potencialmente patógeno.
Estos campos de fuerza no son dirigidos, sino que tienen su propio pulso con un ritmo determinado. La antigua China ya conocía la transformación de la energía y en la práctica se transformó en la teoría de los cinco elementos.